En mi familia solo viajaba mi abuelo Silvino.
Se apuntaba a todo viaje de jubilados que implicara bus o tren, nada de aviones.
Le daba miedo que las siete balas que le quedaron de la posguerra se le movieran con las subidas y las bajadas, o que no lo dejaran pasar por el detector de metales.
Así que Galicia, su tierra de nacimiento, y Andalucía, su primera tierra de acogida, fueron sus destinos más lejanos.
Mi abuela Rafi le seguía. Nadie más.
Entonces, ¿de dónde me venían esas ganas de descubrir nuevos lugares y nuevas maneras de mirar el mundo y de vivir?
Quién sabe lo que me llevó a escribir en mi diario, a los ocho años: ‘Voy a coger la bicicleta, me voy a ir a China y desapareceré’.
Se ve que iba en serio porque a los 34 me fui para allá a trabajar y a vivir una de las épocas más intensas de mi vida.
No desaparecí pero nunca se sabe.
Estudié traducción para disfrutar de la libertad de movimiento, Cooperación Internacional y Desarrollo para comprender mejor el mundo, y psicología y todo lo demás para comprender lo que nos acerca y nos separa a las personas.
Durante más de 10 años he acompañado a estudiantes, docentes, personas voluntarias y viajeras en sus experiencias y proyectos por el mundo en universidades, ONGDs y por libre.
He liderado y formado parte de proyectos europeos e internacionales, he sido (y soy) profesora en escuelas, universidades y ONGDs.
Y sí, la escritura me ha acompañado toda la vida y el copywriting se coló por una rendija en 2018 , me enganchó y ya no lo solté.