¿República bananera?

8 de enero de 2021

A estas alturas, todo el mundo sabe que el individuo naranja y sus fans la ha liado parda. 

Pero no voy a hablar más del tupé más famoso del mundo, con el permiso de Elvis.

Bueno, una cosa más y ya: Trump no tiene problemas mentales, Trump es supremacista.

Lo cual, por muy loco que parezca, no debe tratarse como una discapacidad sino como un comportamiento que puede (y debe) ser juzgado y condenado por la ley. 

Ay, qué a gustito. 

Sigamos. 

Muchos políticos de colorines azules y rojos se escandalizaban diciendo que lo sucedido en el Senado de los Estados Unidos era de “república bananera” y “tercermundista”. 

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Digo, pero esta gente, ¿no tiene otro modo de condenar lo ocurrido y solucionar sus problemas que tocando las narices a otros países?

Mira, el término república bananera” surgió en 1901 y se refiere a las compañías de frutas de los Estados Unidos que llegaron a centroamérica a explotar las tierras, a llevarse tajada máxima y aprovechando (y, por ende, fomentando) la corrupción, ya que tenían más poder que los propios gobiernos (AJ+ Español).

Y, según Oxfam Intermón, el conceptotercer mundo” nace durante la Guerra Fría:

“La expresión fue acuñada en la década de los 50, durante la Guerra Fría, para englobar bajo un mismo concepto a los países no alineados con ninguno de los dos grandes bloques:

El de la órbita norteamericana (llamado primer mundo)

El de la soviética (el segundo mundo)Se le vincula con el nivel de desarrollo

Tras la caída del Muro de Berlín, y desde los años 90 hasta hoy, el término ha evolucionado y se ha convertido en un concepto muy relacionado con el nivel de desarrollo de ciertos países, tomando como modelos de “desarrollo” las economías de los países de ese “primer mundo” que únicamente representa entre el 15% y el 20% de la población mundial, dejando para el resto los calificativos “subdesarrollo” o “en vías de desarrollo”.”

Pero, a ver, recapitulemos y miremos qué pasó en muchos países de América Latina entre las décadas de los años 50 y 80

El gobierno de Estados Unidos le tiene un pavor irracional al comunismo. 

No sé, cada uno tiene sus manías, yo no soporto la gelatina. 

C’est la vie. 

A lo que iba.

En esas décadas, el Gobierno de estadounidense apoyó golpes de estado e instaló gobiernos militares por lo bajini en varios países de América Latina: Pinochet en Chile, Somoza en Nicaragua, Banze en Bolivia, Stroessner en Paraguay, Guatemala, El Salvador, Argentina… 

Pero eso no se enseña en la escuela por lares mediterráneos (y me temo que tampoco por otros).

Nou, nou, nou.

Entonces, ¿los Estados Unidos son los malos malotes de la película? 

La geopolítica y las relaciones de poder están llenas de matices grises. 

¿Buenos? ¿malos? ¿amigo? ¿enemigo? ¿culpable? ¿inocente? ¿ricos? ¿pobres? 

No tengo nada en contra del país con la democracia actual más antigua del mundo.

Tampoco tengo nada en contra de ningún otro país.

Al menos de forma consciente. 

Los sesgos inconscientes los iré trabajando a medida que salgan, que haberlos, haylos.

Y, ojo, que una cosa son los gobiernos y otra, las personas.

Aunque también es verdad que los gobiernos están formados por personas que, a su vez, también tenemos responsabilidad como ciudadanos y son quienes formamos el gobierno…

Como cantaba la banda punk estadounidense Bad Religion en 1988 en su canción You are (the Government) -“Eres (el Gobierno)-”): 

“Porque tú eres el gobierno,

eres la justicia,

eres la voluntad,

eres la autoridad,

y yo también marco una diferencia.”

Ojú, se me enredó la neurona.

Hoy he querido compartir esta reflexión sobre los calificativos que he escuchado estos días y que no son exclusivos de políticos de Estados Unidos.

Una república bananera es rica en tierra y recursos naturales. Quizá también en problemas, quizá también en soluciones. 

El tercer mundo es una etiqueta abstracta que engloba a países que no acabamos de saber cuáles son y que está más desfasada que la cejas minimalistas.

Démosle la vuelta al discurso y graduemos nuestras gafas de mirar y de ver el mundo.

Cuestionemos lo que se repite hasta la saciedad y no sabemos de dónde narices sale. 

📍 ¿Compartimos causa?

Un abrazo, 

Anna 

Anna Rodríguez Casadevall
anna@ideasontour.com